Cuando el Amor Golpea
Hoy quiero dedicar este artículo a todos aquellos
solteros que se encuentran en noviazgos en donde realmente no son felices y que
lejos de sentirse bien con aquella persona a la cual pensaron amar pasan la
mayoría del tiempo con su corazón herido por las actitudes o palabras
de su novia o novio.
Toda relación comienza bien.
Indiscutiblemente toda relación antes de dar a luz a un
noviazgo comienza bien. La típica historia siempre. Se conocieron, se hicieron
amigos, se conectaron los dos de una manera especial, se dieron cuenta que
tenían muchas cosas en común y poco a poco surgió un enamoramiento que con el
tiempo(a veces corto, a veces largo) dio a luz a ese noviazgo.
Esa relación de noviazgo al principio fue lo que habías
soñado, risas, momentos únicos, palabras dulces, detalles inesperados que te
hacían sentir querido o querida. Todo noviazgo comienza así, con aquella
sensación que esa persona es con la que quieres pasar el resto de la vida.
Lastimosamente no todos los noviazgos que comienzan bien,
terminan bien. La gran mayoría son noviazgos de emoción que duran unas cuantas
semanas, meses y a algunos duramente años, pero que al final no termina en el
matrimonio que quizá al inicio se propusieron.
Cuando las cosas comienzan a cambiar.
Yo siempre he pensado que el noviazgo es una etapa muy
bonita que se debería disfrutar, es la plataformaque tendría que llevarnos
al matrimonio. Una etapa en donde aprendes a conocer a esa persona que has
empezado a querer y que esperas terminar amando. Una etapa que te enseña parte
de lo que te espera al pasar toda la vida con esa persona al unirse en
matrimonio. Es una etapa en donde deberías saber decidir si quieres pasar el
resto de tu vida con esa persona o realmente no es la persona que esperabas. Aunque
siempre he creído que cuando se comienza un noviazgo no se hace con la
intención de “probar” si te va bien, sino que es una decisión importante que
tomaste en base en primer lugar a que pusiste delante del Señor esa decisión y
Dios te guio a tomarla, y segundo con la intención de terminar ese noviazgo en
un matrimonio. Nosotros los cristianos no jugamos al “noviazgo” de hecho se ve
mal andar de noviazgo en noviazgo, de prueba en prueba, lo ideal sería pensar
bien a qué persona escoger para entablar un noviazgo para que al final te vaya
bien y termines en un bello matrimonio.
Ahora bien, a pesar que todo noviazgo por lo
general comienza bien, la gran mayoría con el tiempo van cambiando y esto en
parte se debe a que cuando se entablo esa relación no se hizo en base a una
decisión muy bien meditada, o a una petición que pusiste delante de Dios para
que te guiara, sino que fue por un momento emocional en donde sentiste que esa
persona era la que querías y no reflexionaste si realmente era la que Dios quería
para ti. En muchas ocasiones nuestros sentimientos se anteponen a lo que Dios
quiere para nosotros. Como humanos que somos tendemos a dejarnos llevar por lo
que “sentimos” y sentir atracción hacia un persona es normal y cotidiano, pero
no significa que porque sientas atracción hacia alguien es la persona que Dios
quiere para ti.
Cuando la decisión que tomaste sobre una persona es
guiada por sentimientos o emociones y no por lo que la voluntad de Dios quiere
para ti, entonces por lo general esa relación va terminar mal.
Cuando las cosas cambian la relación ya no es igual,
aquella persona que en un principio era cariñosa, atenta, detallista ahora ya
no lo es. Ahora siente que se ahoga en la relación, necesita distancia,
necesita tiempo a solas, lo que antes era ahora ya no. Si antes su tiempo era
para ti, ahora siente que quiere otra cosa y he allí la clave del problema: “siente”.
Y es que sentir no es lo que realmente lleva al éxito. En este momento puedo
sentir hambre, dentro de un rato ya no. Cuando tomas decisión en base a lo que
sientes y no a lo que realmente Dios quiere para ti entonces terminas
equivocándote.
Cuando el “amor” golpea.
A diario recibo mensajes y cartas de personas que están
en una relación en donde pasaron de sentirse queridos a despreciados.
Relaciones en donde su novia o novio los trata mal, en donde los engañan
descaradamente, en donde se dicen cosas que realmente hieren o en
donde se demandan cosas que no son las de un hijo de Dios. En la mayoría de
cartas que recibo me cuentan cómo se sienten mal en esa relación, y la gran
mayoría a pesar que saben que son tratados muy mal por su pareja me dicen:
“pero yo la amo” o “pero yo lo amo”.
Querido amigo, el hecho que tu digas o sientas “amar” a
una persona no significa que esa persona también teAME, y eso es lo que
realmente nos cuesta entender. Y es que muchos viven en relaciones de noviazgos
en donde no reciben ni una gota de cariño o amor, solo son peleas, palabras
hirientes, acciones que duelen y a veces hasta agresiones físicas. Ahora yo te
pregunto: ¿Eso es amor?, pasar peleando todo el tiempo, ¿Es amor?, recibir
palabras que dañan tu moral, ¿Es amor?, actitudes como desprecios, ¿Es amor?,
agresiones físicas, ¿Realmente es amor?, ¡Por favor!, ¡ESO NO ES AMOR!,
y esto es que apenas estas en el noviazgo, si recibes esto en un noviazgo, ¿Qué
crees que te espera en un hipotético matrimonio?, ¡Dios Santo!
“El prudente se anticipa al peligro y toma
precauciones. El simplón avanza a ciegas y sufre las consecuencias.”
Proverbios 22:3 Nueva Traducción Viviente
(NTV)
Hay que entender que cuando el “amor” golpea es porque
dejo de ser amor. Es difícil entender como una persona que es víctima de
infidelidades, que recibe tantos desprecios, tantas palabras hirientes y a
veces hasta golpes físicos puede creer que sigue amando a su victimario. ¿Será
realmente que Dios quiere eso para ti?, o ¿Es lo que siempre habías soñado de
una relación?
Yo no creo que Dios te lleve a una relación de noviazgo
en donde la gran mayoría de tiempo recibes malos tratos, no creo que la
voluntad de Dios sea que te cases con esa persona que en la práctica no
demuestra que realmente te ama. Yo pienso que Dios tiene a una persona especial
para cada uno, que llega en el tiempo exacto, que es la que te amara tal y como
eres, que es la persona que te respaldara en la vida y la que esté dispuesto a
ir contigo hasta el último lugar del mundo. Yo creo que Dios premia a aquellos
que saben esperar, a aquellos que deciden en base a su voluntad y no a nuestros
propios sentimientos. Cuando dejamos que Dios nos guie los resultados con
hermosos y mejores de lo que nosotros mismos pensamos.
Es hora de entender y cambiar.
Quizá en este momento estés viviendo una relación
de noviazgo que dejo de hacerte sentir bien y comenzó a dañarte tanto
espiritualmente, emocionalmente y hasta físicamente. Es hora de entender que
Dios no quiere eso para ti, no te aferres a una relación que tarde o temprano
terminara mal. No permitas que las cosas lleguen a consecuencias irreversibles,
en su lugar pídele a Dios que te de sabiduría y la fortaleza que necesitas para
tomar las decisiones que necesites tomar.
“Pues todo lo puedo hacer por medio de
Cristo, quien me da las fuerzas”
Filipenses 4:13 (Nueva Traducción Viviente)
Se fuerte, el noviazgo no es matrimonio, el noviazgo es
la etapa en donde te permite desistir de una relación que te está causando mal,
no creas que casarte será la solución, porque cuando las cosas no funcionan en
el noviazgo es porque el matrimonio será un calvario. Aun es tiempo, aun es
momento de ser fuerte y tomar una decisión por el bien tuyo. Reflexiona sobre
lo que Dios quiere para ti, Dios no quiere verte triste, Dios no quiere verte
mal, lo que Dios quiere es verte sonreír, verte feliz, realizada, querida,
amada, pero en ningún momento será con la persona que te has encaprichado si
esa persona no es la que Dios quería para ti.
Quizá alguno reclame a Dios que por qué no puede ser
feliz con “X” persona, yo te pregunto: ¿Y si esa persona no es para ti?, ¿Por
qué tendrías que ser feliz con una persona que NO TE AMA?, y eso es
lo que tienes que entender, que aunque tu pienses amar a alguien, es posible
que esa persona NO TE AME A TI. Y si esa persona no te ama, ¿Qué
más podemos hacer?, el amor verdadero solo se puede dar entre dos personas que
sienten lo mismo el uno por el otro, nunca alguien puede sentir menos o nada
por el otro, el amor que perdura es aquel que se da el uno por el otro. Dios no
puede obligar a esa persona a amarte, tampoco puede obligarte a dejar de amar a
alguien, pero lo que si Dios puede hacer es restaurarte y ayudarte a superar
una relación que desde hace mucho se nota que no funciona y no funcionara.
Dios quiere ayudarte, pero para ello tienes que entender
que necesitas de Él. Es hora de rendirte ante su voluntad, es hora de dejar de
hacer lo que quieres para comenzar a hacer lo que Dios quiere. Es momento de
quererte a ti mismo o a ti misma, es momento de respetarte porque eres un hijo
o una hija de Dios, eres un príncipe o una princesa del Rey de reyes, por tal
razón no te mereces estar sufriendo por una relación que no vale la pena. Es
momento de rendirte a Dios y entregarle a Él tus sentimiento y decisiones para
que Él te guie a hacer lo correcto.
“Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que
están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso”.
Mateo 11:28 Nueva Traducción Viviente (NTV)
La única forma de ser verdaderamente feliz es haciendo la
voluntad del Padre, quizá al principio sea difícil, pero con Dios todo lo
puedes superar, pero el principio de tu victoria es tener la voluntad de
comenzar este proceso, todo lo demás Dios lo hará haciendo siempre y cuando te
acerques a Él. Con el tiempo Dios pondrá en tu camino a una persona que
realmente te ame de verdad, a una persona que te amará más de lo que pensaste
que alguien te amaría y esto te lo digo con convicción porque yo pase por un
proceso similar al de todo este articulo y al final me di cuenta que Dios fue
bueno al poner en mi camino a la mujer que me amaría más de lo que creí
merecer, mi esposa Yamita la mujer a la cual amo y con quien decidí vivir el
resto de mi vida, a ocho años de haberme unido en matrimonio con ella puedo ver
atrás y darme cuenta que las cosas que yo pensé “sentir” en algún momento en mi
soltería solo fueron obstáculos que no me permitían ver la realidad, esa
realidad era que Dios en su momento y cuando menos lo pensará iba a poner en mi
camino a la mujer de mi vida, mi esposa Yamita.
¡Ánimo! Yo sé que es tomar esa dura decisión, pero al
mismo tiempo sé lo que se siente ser recompensado por Dios por el valor de
hacer su voluntad. ¡Tú también puedes ser recompensado por tu valor!
¡Dios te ayudará, te sostendrá y te guiará
por el camino por el cual debes andar!
“El Señor dice: «Te guiaré por el mejor
sendero para tu vida; te aconsejaré y velaré por ti.”
Salmos 32:8 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Por Enrique Monterroza
Escrito el 14 de Enero de 2015
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org